Parábola de la casa edificada sobre roca

Jesús recuerda que la perseverancia se edifica con las buenas obras, no sólo con las palabras o los buenos deseos: «¿Cuál es el testigo más fidedigno sino el que confiesa a Jesucristo venido en carne, y guarda los preceptos evangélicos?La interpretación habitual se remonta a Juan Crisóstomo (c. 347-407), que escribió en su Homilía 24 sobre Mateo:"Pero a ninguno de éstos", dice Él, "cede un alma así; y la causa es que está fundada en la roca".[9]​Cornelio a Lapide da una interpretación similar, escribiendo: "La lluvia, el viento y los ríos son todas las tentaciones y adversidades cualesquiera, ya vengan del mundo, de la carne o del diablo.[10]​ Esta parábola ha constituido el tema de muchos himnos, como "Built on the Rock" (N. F. S. Grundtvig, 1837) y "My Hope Is Built on Nothing Less" (Mi esperanza se basa en nada menos) (Edward Mote, c. 1834), que comienza: Mi esperanza se basa en nada menos Que la sangre y la justicia de Jesús.
Esta parábola compara la construcción de la propia vida sobre las enseñanzas y el ejemplo de Jesús con un edificio resistente a las inundaciones cimentado sobre roca sólida.
Un castillo de arena es efímero, al contrario de la fe que se espera eterna