Con anterioridad a esta obra y al llenado, la zona era un extenso pastizal húmedo, con frecuencia cubierto de agua superficial, donde en ciertas épocas del año se podía verificar la presencia de aves migratorias.
A partir del año 1979, una vez construida la represa, comenzó a llenarse el lago artificial, lo que produjo una modificación del entorno que dio origen a un hábitat especialmente favorable para la nidificación y el establecimiento temporal de las poblaciones de aves migratorias.
[5] Entre otras aves, se ha registrado la presencia de guayatas (Chloephaga melanoptera), gaviotas serranas (Chroicocephalus serranus), patos zambullidores grandes (Oxyura jamaicensis), patos colorados (Anas cyanoptera), becasinas andinas (Gallinago andina), flamencos comunes (Phoenicopterus roseus), teros andinos (Vanellus resplendens) y provenientes de otras latitudes halcones peregrinos (Falco peregrinus).
[4] Se ha verificado además la presencia de ejemplares de martín pescador grande (Megaceryle torquata), carpintero real (Colaptes melanochloros), benteveo común (Pitangus sulphuratus), calandria real (Mimus triurus), zorzal chiguanco (Turdus chiguanco), yal plomizo (Phrygilus unicolor) y naranjero (Pipraeidea bonariensis), entre otros.
[5] La zona circundante a la reserva La Angostura fue intensamente poblada desde épocas prehispánicas.