Reserva de la biosfera del Valle de Laciana

Entre la flora destacan los bosques mixtos compuestos por robles (Quercus pirenaica y Quercus petraea), abedules (Betula péndula), fresnos (Fraxinus angustifolia), olmos (Ulmus glabra) y arbustos bajos de enebro; Juniperus nana.

[1]​ Las especies animales más importantes son el Tetrao urogallus, el Canis lupus signatus y el Ursus arctos.

[3]​ Este modelo anteriormente descrito se queda desfasado con la llegada del desarrollo minero.

La actividad minera, con las instalaciones y servidumbres que necesita para su desarrollo, transformó la estructura anterior del hábitat.

El peso poblacional y la funcionalidad de cada núcleo cambiaron sensiblemente según su mayor o menor proximidad a las explotaciones mineras.

Por ello, los núcleos que se desarrollaron en mayor medida en primera instancia fueron Caboalles de Abajo y fundamentalmente Villaseca, localidad esta última donde se implantaron los más importantes explotaciones carboníferas y donde la MSP construyó viviendas para sus obreros.

[3]​ Los núcleos pasaron a estar fuertemente jerarquizados y en un primer momento la comarca se articuló en torno a tres cabeceras, Villablino, Caboalles de Abajo y Villaseca, aunque de contrastado nivel socio-laboral.

León atesora la mayor concentración de Reservas de la Biosfera en el mundo con cerca del 17% del territorio declarado.
Neblina en el valle lacianego.
Villager de Laciana.
Detalle del valle de Laciana .
La ganadería fue el principal factor de transformación del medio hasta el auge minero.
La minería ha sido desde su desarrollo el que más ha transformado la superficie lacianega, primero con el desarrollo de los núcleos urbanos y después con la apertura de cielos abiertos.