Estas cadenas montañosas alcanzan alturas superiores a los 2000 metros en el suroeste, en el complejo montañoso de la sierra de la Cañada.
La región incluye las cuencas del Luna y el Omaña que dan lugar a una sucesión de valles fértiles y estrechos pasajes.
Se encuentran también bosques ribereños; alisedas, sauces y álamos; que junto a los campos y pastos tradicionales se disponen en mosaico con los paisajes de alta montaña.
Otras especies de interés son las especies endémicas de Cantabria, como la liebre escoba y especies endémicas ibéricas como el desmán de los Pirineos.
[1] En la reserva se encuentran 86 núcleos de población, que se han dedicado tradicionalmente a actividades relacionadas con la agricultura y la ganadería, con la irrupción en el último siglo de la minería, dando forma al paisaje.