La reserva cuenta con abundantes saltos de agua, arroyos, cascadas, piscinas naturales y grandes pozas excavadas por la erosión circular del agua de los ríos.
La fauna es autóctona y muy abundante, albergando varias especies en peligro de extinción.
En general las temperaturas no son extremas, abundando los inviernos moderadamente fríos y los veranos poco calurosos.
Las precipitaciones de la zona oscilan entre 1500 y 2000 mm anuales, siendo frecuente en invierno la nieve en las cumbres serranas.
A destacar, aunque desafortunadamente cada vez más escasa, la cigüeña negra.