Son enviados con plenos poderes para acabar con la rebelión federalista encabezada por los girondinos y a la Vendée donde ha estallado una revuelta contrarrevolucionaria.En la represión de la rebelión federalista también recurren a métodos sanguinarios: Joseph Fouché y Collot d'Herbois en Lyon; Barras y Fréron en Marsella; Tallien en Burdeos.[2] Algunos representantes en misión de La Montaña también impusieron la descristianización en los departamentos a los que fueron enviados.En el decreto se establece, por ejemplo, que en los cementerios se instale una estatua que represente el Sueño en lugar de los símbolos religiosos habituales y que junto a ella se ponga un cartel con la frase La muerte es el sueño eterno.[4] Sin embargo, hubo otros representantes en misión que no recurrieron al asesinato en masa para cumplir con el encargo que habían recibido de la Convención.