El palacio se llenó de partidarios, entre ellos Olañeta, quien juró a Sucre sofocar la revuelta.
El general peruano publicó una proclama donde criticaba la política de Sucre e indicaba que Charcas (Bolivia) y Perú debían unificarse.
[5][6] En esos momentos los insurrectos de Chuquisaca habían proclamado como presidente al doctor José Antonio Abencey, Gamarra lo reconoció y afirmó invadir con su autorización dada en una carta del 20 de abril.
[12][n 1] Tras celebrar una junta de guerra en Oruro, el presidente provisorio Pérez de Urdininea decidió enviar al general López de Quiroga contra Blanco Soto, considerado un error militar al dividir sus fuerzas y no enfrentar al ejército peruano, permitiéndole entrar y ser honrado como libertador a Oruro, Potosí y Chuquisaca.
[12][15][13][14] Gamarra envió sus mensajeros a Atita, cerca de Paria, ahí sus negociadores (coronel Miguel Benavides, teniente coronel Agustín Lira, doctor José Maruri de la Cuba y como secretario a su cuñado y sargento mayor Juan Bautista Zubiaga).
[17][18][12] Al llegar enviaron un piquete a Nucho (o Ñuccho), donde estaba convaleciente Sucre, arrestándolo el 4 de julio.
[14][11] Quedó a cargo del ayudante de Gamarra, coronel Bernardo Escudero, y lo visitó el joven capitán José Rufino Echenique.
[19] Poco antes, Braun intento nuevamente resistir, esta vez en Oruro logró forzar al batallón Zepita a retirarse sin sufrir bajas con el grueso del ejército peruano.
[12] Así toda Bolivia, excepto Santa Cruz y Tarija, quedó en manos de Gamarra.
El general logró imponer orden entre los que partidarios del prefecto José Ramón de Loayza Pacheco, puesto en el cargo al llegar los peruanos, y los del doctor Baltazar Alquiza, anterior prefecto.
[20] Pérez de Urdininea dirigió una proclama a los bolivianos y otra a los soldados, felicitándolos por la independencia y defendía que el Tratado de Piquiza se había firmado para evitar una guerra civil.
[21][22] En la tarde salió con una numerosa comitiva de la urbe, llegando el día 25 a Cobija.
El sargento mayor Juan Bautista Zubiaga fue mandado de Oruro con anticipación para buscar y preparar transportes que los condujeran a su patria.
El prefecto La Fuente animó al pueblo a recibirlo con aplausos y vítores.
Santa Cruz, que se hallaba en Chile, pidió permiso al Congreso peruano para asumir dicha investidura, lo que le fue concedido, sin embargo no pudo hacerse presidente a la ceremonia de juramentación como presidente; quedándose Velasco como presidente interino hasta la convocatoria de una Asamblea Convencional para elegir nuevos mandatarios.