Los gunas mantuvieron cierta autonomía cuando Panamá formaba parte de Colombia.
La tensión entre los indígenas aumentó hacia enero de 1925, cuando las autoridades panameñas reconocían que se estaba fraguando un movimiento independentista con el apoyo de los estadounidenses Anne Coope y el explorador Richard Oglesby Marsh.
Posteriormente, el 21 de febrero se dio inicio a la revolución guna que duró hasta el 27 de febrero, en donde los indígenas atacaron varios puestos policiales coloniales, causando 27 muertos.
En virtud de dicho tratado, el gobierno central se comprometió a respetar las costumbres y a mantener con los gunas los mismos derechos que disfrutaba el resto de los ciudadanos del país.
El centro era de color amarillo y con una figura esvástica, con rotación levógira.