Durante este período se produjo un profundo cambio en el modelo económico, que pasó a concentrarse en la industrialización orientada al mercado interno, así como importantes modificaciones en la estructura social.
Ante estos hechos, y dado que parecía una candidatura oficial, el gabinete renunció en plena polémica.
El gobierno de Carlos Ibáñez del Campo fue muy popular mientras la economía anduvo bien, cosa que no duró mucho tiempo.
En 1931 se cortó el flujo de crédito internacional, dejando virtualmente en la bancarrota al estado.
La combinación fue fatal, puesto que mientras Blanquier desvelaba el catastrófico estado de las finanzas, Montero levantaba la censura con la consecuente reacción del público.
Opazo renuncia y el Congreso proclama entonces presidente al recién asumido Ministro del Interior Juan Esteban Montero.
Ante esta disyuntiva los votantes recordaron al único de los candidatos cuyo nombre ofrecía estabilidad y retorno a un gobierno civil: Alessandri.
Por un lado se encontraban los tradicionales partidos Conservador y Liberal, que representaban el sentir de la derecha política.
El Partido Radical chileno tenía su base ideológica en los principios igualitarios de la Revolución francesa.
Sin embargo, el principal apoyo a la industrialización chilena provino de una desgraciada ayuda.
Se estima que más de 30 000 personas murieron aquel día y la zona quedó devastada.
Grandes canales de regadío, obras públicas, puentes, edificios, escuelas y hospitales se vinieron abajo.
Ante estos hechos la Alianza Democrática, como se le llamó, eligió a un miembro del ala conservadora del Partido Radical como candidato a la presidencia, el abogado Juan Antonio Ríos, que venció en febrero de 1942 con el 55,93 % de los votos.
Los comunistas peleaban con él por no cortar las relaciones con las naciones del Eje, mientras que la derecha lo acusaba de ser débil con la izquierda.
Por otro lado, los radicales sufrieron una baja limitada, mientras que el descontento con la incapacidad del gobierno y los partidos los capitalizó la derecha.
El senador comunista y poeta Pablo Neruda dirigió la campaña de González y sus públicos anuncios de confraternidad fueron famosos: dirigiéndose al Comité Central comunista: Yo les aseguro a ustedes que no habrá poder humano ni divino capaz de romper los lazos que me unen al Partido Comunista y al pueblo.
Como consecuencia terminó con un gabinete conformado, al igual que sus predecesores, con elementos contradictorios: liberales, radicales y comunistas.
El segundo, y mucho más grave episodio, se produjo en agosto y en octubre del mismo año en las minas de carbón del sur, donde se declararon sendas huelgas que pusieron en jaque al gobierno.
Sólo el propio viaje del presidente pudo salvar la situación, ante sindicatos dirigidos por comunistas.
González sintió que el ambiente se estaba volviendo cada vez más enrarecido y utilizó con mayor severidad las leyes de emergencia.
Varias protestas siguieron a esta situación, con la intención de generar un estallido social parecido al Bogotazo, pero una fuerte presencia policial y militar lo impidió.
[cita requerida] Pese a lo anterior, obtuvo grandes avances en la elección parlamentaria, pero no le alcanzó para evitar el bloqueo que podría imponer la oposición actuando al unísono.
Inspirado en elpresidente argentino Juan Domingo Perón, se encontró con dos grupos de oficiales jóvenes reunidos en dos agrupaciones denominadas PUMA (Por Un Mañana Auspiciosa) y la Línea Recta, que le ofrecieron a Ibáñez hacerse del poder con facultades extraordinarias.
[cita requerida]Sin embargo, ante su reticencia la noticia se hizo pública generando graves incidentes con los oficiales superiores de los conjurados.
En abril de 1957 se produjeron graves incidentes que terminaron con 20 muertos y muchos más heridos.
En 1958, por segunda vez consecutiva, el electorado chileno elegía a una figura catalogada como no política para la primera magistratura.
El economista Jorge Alessandri Rodríguez, hijo del León de Tarapacá, fue elegido en una estrecha votación que no le garantizó tener un gobierno fuerte, con gran apoyo parlamentario.
Las obras públicas como diques, caminos, puentes, canales, líneas férreas, telégrafos, puertos y aeropuertos estaban destruidas.
Poblaciones enteras se vieron devastadas por los efectos del movimiento terrestre, al igual que los pueblos costeros con el maremoto.
Para la campaña presidencial de 1964 se presentaron tres candidatos: Eduardo Freí Montalva fue apoyado por el Partido Demócrata Cristiano, Salvador Allende en su tercera candidatura presidencial fue apoyado por el Frap (Frente de Acción Popular) que lo integraban socialistas y comunistas, mientras que la derecha llevó como candidato al radical: Julio Duran Neumann.