No queda claro si —como se había estipulado— la salida del ejército holandés se produjera con los debidos honores de "...banderas desplegadas, mechas encendidas y balas en boca", dándole paso libre hacia Nimega.
[2][3] En primer plano se representan —ambos a caballo— a Ambrosio de Spínola y a Diego Mexía Felípez de Guzmán, quien había tenido un papel marginal en el asedio, pero fue plasmado por ser familiar del conde-duque de Olivares.
[6] El otro protagonista del sitio —Hendrik van den Bergh— no fue figurado, ya que se había pasado a las filas holandesas antes de la realización de este lienzo.
Al fondo se representa la ciudad, con la salida de las tropas protestantes.
Los personajes son de gran valor retratístico, aunque Leonardo tuvo que acudir a retratos anteriores de otros pintores, ya que Spínola había muerto en 1630, y Diego Mexía no se encontraba en Madrid cuando se encargó el cuadro, El espacio está bien compuesto, con una adecuada transición entre el primer plano y el fondo, gracias a un uso acertado de la perspectiva y de la escala.