Los relojes controlado por radio modernos se sincronizan mediante señales de radio o conexiones a Internet a un sistema de tiempo mundial llamado Tiempo universal coordinado (UTC), que se rige por un reloj atómico de referencia primaria en muchos países.
Miles de estos sistemas se instalaron en países industriales y permitieron la programación precisa de la que dependían las economías industriales.
En las primeras redes, los relojes esclavos tenían su propio mecanismo de cronometraje y simplemente se corregían con las señales del reloj maestro cada hora (o según las características del sistema, cada 6, 12 o 24 horas).
En redes posteriores, los relojes esclavos eran simplemente contadores que usaban un motor paso a paso para hacer avanzar las manecillas con cada pulso del reloj maestro, una vez por segundo o una vez por minuto.
Un ejemplo es el servicio horario GPO en Gran Bretaña, que distribuía señales desde el Real Observatorio de Greenwich.