El mecanismo del reloj (especialmente cuidado) queda completamente visible, expuesto bajo una vitrina o domo de vidrio, lo que permite observar los giros del péndulo de torsión.
El volante a menudo está profusamente decorado, adornado con tres o cuatro bolas montadas sobre brazos ornamentados.
[1] Estos relojes también se conocen como relojes 400 días o aniversario, debido a que la mayoría pueden funcionar durante un año entero dándoles cuerda una sola vez, aunque esto no significa que vayan a mantener la hora exacta durante todo el año.
Cuanto más cerca del eje estén las bolas, menor será el momento de inercia del péndulo de torsión, y más rápido será el giro (como un patinador sobre hielo girando que estira hacia arriba sus brazos).
Por lo tanto, no necesita llave de cuerda ni batería, y puede funcionar durante años sin intervención humana.
[3] El reloj de péndulo de torsión fue inventado y patentado por el estadounidense Aaron Crane en 1841,[4] fabricando los primeros relojes que sólo necesitaban que se les diese cuerda una vez al año.
Otras empresas entraron en el mercado, haciendo competencia a la producción en masa alemana de estos relojes.
Aunque eran un éxito comercial, los relojes de torsión no tenían una precisión satisfactoria.