Ginebra (reina)

Aunque casada con Arturo, el amor que Lancelot y Ginebra sienten durará hasta la muerte de ambos.Se dirige a Amesbury, en Wiltshire, donde habría un convento en el que la reina decide tomar los hábitos.Años más tarde Lancelot tiene un sueño donde un ángel se le aparece y le dice que debe fabricar un féretro, ponerle ruedas y dirigirse con él a Amesbury donde encontraría muerta a la reina.Existen además menciones a los hijos de Arturo en las Tríadas Galesas, aunque su parentesco con Ginebra es dudoso.Otras relaciones de parentesco para con Ginebra son igualmente confusas: en el Lancelot-Grial y en el romance alemán Diu Crône su media hermana y un hermano juegan papeles antagonistas, pero ninguno de ellos es mencionado en ninguna otra leyenda; la tradición galesa presenta a una hermana de Ginebra, Gwenhyvach, y abunda en la enemistad entre ambas; aunque la literatura posterior suele nombrar a Leodegrance como padre de Ginebra, su madre no suele ser mencionada pese a que a veces se la mencione como viva y en otras ocasiones como ya fallecida.En su ausencia, Mordred seduce a su tía Ginebra, se declara Rey y la toma como esposa.Al regresar Arturo, se enfrentará contra un Mordred usurpador en la Batalla de Camlann, en la que ambos fallecen.Este amor fuera del matrimonio era muy comprensible para un lector de la Edad Media: es propio de una época en la que los matrimonios se celebraban en muchas ocasiones por motivos económicos y políticos, y en los que el amor no siempre surgía entre los casados.En los primeros romances en verso se la suele mostrar desde un punto de vista desfavorable o incluso se omite toda mención a la reina, mientras que autores posteriores emplearon sus buenas o malas cualidades para abundar en un personaje más profundo y que juega un papel mucho más preponderante en el mito.En todo caso esta carencia de hijos suele mencionarse en las leyendas posteriores, dónde se usa para algún fin narrativo o moralista; en las leyendas más antiguas suele sencillamente omitirse la mención de cualquier hijo suyo, pero sin declarar explícitamente que la reina no tuviera descendencia.
La Reina Ginebra en peregrinación por John Collier .
La despedida de Sir Lancelot y la reina Ginebra , por Julia Margaret Cameron , 1874.
La muerte de Ginebra, con Lanzarote despidiéndose a su lado.