Un más amplio acuerdo en esa relevancia ha sido alcanzado como resultado la crisis financiera de los años 2000.
Es reconocida como un ingrediente necesario para llenar el vacío entre la política macroprudencial y la tradicional regulación microprudencial de las instituciones financieras.[3]).
La regulación microprudencial tradicional busca mejorar la seguridad y solidez de las instituciones financieras individuales como oposición a la vista macroprudencial, que se centra en el bienestar del sistema financiero en su conjunto.
Además, otras herramientas financieras sofisticadas y los modelos han sido desarrollados para evaluar la interconexión a través de intermediarios (como puede ser CoVaR[12]) y la contribución de cada institución al Riesgo sistémico (identificado como "Déficit Marginal Esperado" en Acharya et al., 2011[13]).
Además, se requiere que los bancos más grandes y activos a nivel mundial mantengan más capital y de mayor calidad, lo cual es consistente con el enfoque de sección transversal para el riesgo sistémico.
(2012)[18] encontraron que los bancos no regulados en el Reino Unido han sido capaces de contrarrestar parcialmente los cambios en la oferta del crédito inducidos por los requisitos de capital mínimo que varían en el tiempo sobre los bancos regulados.
[19] Hay disponible evidencia teórica y empírica acerca del efecto positivo de las finanzas sobre el crecimiento económico a largo plazo.
Popov y Smets (2012)[20] recomiendan que las herramientas macroprudenciales sean empleadas más fuerza durante los auges costosos impulsados por un sobreendeudamiento, apuntando a las fuentes de las externalidades, pero preservando la contribución positiva de los mercados financieros al crecimiento.
(2011)[21] reportan que los efectos a largo plazo sobre las tasas de interés para los prestatarios deberían ser cuantitativamente pequeños.
[22] Algunos estudios teóricos indican que las políticas macroprudenciales pueden tener una contribución positiva al crecimiento promedio de largo plazo.
Ilustrativamente, la administración del riesgo sistémico en Estados Unidos es centralizado en la Foro de Estabilidad Financiera, establecida en 2010.
[25] También, como economías emergentes imponen controles en los flujos de capitales con propuestas prudenciales, otros países pueden sufrir negativamente efectos indirectos.
[26] Por lo tanto, la coordinación global de políticas macroprudenciales son consideradas cono necesarias para fomentar su eficacia.