Símilar a la novela de Juan Rulfo, Pedro Paramo, ambas historias se alternan, pero no por fragmentos, sino por capítulos.
En esta historia veremos también algunos capítulos que trataran de sucesos del juez Montenegro, en donde demuestra su corrupción y su maldad, siendo en varias ocasiones abusado Héctor Chacón, el cual cuando intentó defenderse fue acusado injustamente de robo de ganado y enviado a la cárcel, donde aprendería a leer.
Una vez agotada y fracasada, a pesar de haber contado incluso con la ayuda del alcalde de Pasco Genaro Ledesma, quien se compadeció de ellos, reflexionan en que el cerco se está tragando el mundo y que no les queda otra cosa más que pelear por su tierra enfrentándose a la minera en una injusta y desigual guerra, ya que "retroceder es tocar el cielo con el culo", como sentencia el anciano Fortunato.
Los indígenas ranqueños están forzados por el estado de las cosas a emprender una desesperada e infructuosa guerra contra la colosal y titánica Compañía.
Uno de los muertos relata que en el siguiente año los hacendados Proaño mandaron a clausurar la escuela de Uchumarca para convertirla en chiquero, y que el alcalde Genaro Ledesma está preso en Huánuco por protestar por la masacre.