Figura literaria

También llamadas metaplasmos,[1]​ consisten en la utilización de formas léxicas aumentadas, decrecidas, trastocadas o atenuadas que serían, en teoría, incorrectas en la lengua ordinaria.Las figuras de amplificación son las siguientes: expolitio, interpretatio, paráfrasis, isodinamia, digresión y epifonema.Las figuras de acumulación son las siguientes: enumeración, distributio, epífrasis y epíteto.Las figuras oblicuas designan de forma indirecta una realidad utilizando las palabras en sentido apropiado.Las figuras de diálogo son las siguientes: apóstrofe/invocación, exclamación, interrogación retórica, optación y deprecación.Las figuras dialécticas son las siguientes: concessio, correctio, dubitatio, communicatio, conciliatio y distinctio / paradiástole; pueden, además, incluirse aquí las llamadas probationes argumentativas, o pruebas expuestas por el orador para defender su argumentación: simile, argumentum y sententia.Las figuras de ficción son las siguientes: personificación/prosopopeya, sermocinatio / idolopeya y subiectio / percontatio.
Olas representadas por caballos blancos: sustitución a través de la metáfora
Sustitución a través de la metáfora : «¡Vienen los caballos del mar!», La gran marea de primavera . Óleo (1893) de Walter Crane .