Este proceso habría coincidido con una época de fortalecimiento de la institucionalidad estatal chilena en el archipiélago, y que no sería compatible con formas institucionales anteriormente toleradas, como las mantenidas por la organización indígena.[1] Su jurisdicción se extendió por todo el Archipiélago y estaba a cargo de un Rey, que junto a otros subalternos forman un consejo gobernante o Mayoría.Existían siete Distritos o Repúblicas con nombres en clave tomados de lugares de España y de sus colonias: Buenos Aires (Achao), España (Queilen y sus alrededores), Lima (Quicaví), Perú (Caucahué), Salamanca (Rauco), Santiago (Tenaún) y Villarrica (Dalcahue).Según la tradición, la Cueva tiene su entrada en una quebrada y está vigilada por un ser deforme, el Invunche.De esta forma, según lo ha estudiado el historiador Gonzalo Rojas Flores, llegó a actuar como una suerte de institucionalidad paralela al Estado, en una época en que la soberanía chilena era aún nominal sobre vastos territorios, y especialmente en aquellos bajo control indígena.
Iglesia de Quicaví, localidad asociada tradicionalmente a la brujería de Chiloé.