El apoyo del obispo oriolano don Félix a este bando, participando activamente en las guerras carlistas, conllevó su destierro a Roma y creó un conflicto diplomático con los Estados Pontificios, que se solucionó permitiendo volver al obispo a la ciudad y con la firma de un concordato entre ambos países.
El monasterio fue dado en arriendo a una persona particular que lo conservó adecuadamente.
Por otra parte, Elías Tormo, en su «Guía Levante», del año 1923, se refiere a las salesas, indicando la existencia de diversas piezas muebles, cuadros y esculturas.
Esta congregación religiosa fue fundada en Perú por el sacerdote jesuita Pablo Menor, natural de Villena, en su afán de promover las vocaciones a la vida religiosa y a la santidad.
Por encima quedan los pisos superiores, sólo uno en la orientación septentrional, junto a la iglesia, los cuales están construidos en mampostería revocada con mortero de cal.
Desde el claustro en planta baja se accede a diversas dependencias, salas de visitas, cocina y refectorio e iglesia.
Allí se dispone el coro que ocupan los miembros de la comunidad.
La escalera principal se encuentra en la esquina nordeste, siendo tangente y externa a los andadores.
El cuerpo situado a mediodía tuvo inicialmente dos plantas, que fue recrecida con una superior, tal como evidencia la presencia de la cornisa original, que se conserva entre las dos plantas altas.
Ésta bóveda es de medio cañón con lunetos y arcos fajones.
El crucero presenta un transepto de gran profundidad, que configura la nave secundaria transversal.
El cruce de las dos naves está resuelto mediante bóveda vaída, que en el exterior se cubre mediante cúpula de media naranja, con teja curva vidriada en color azul.
Estas guardan la misma disposición de arco de triunfo que en la fachada y llevan una pátina que imita los tonos verdes y oscuros del mármol, estando dorados sus capiteles corintios.
En las calles laterales destacan las esculturas de Santiago Baglieto notable artista del siglo XIX, que trabajó en Murcia y Orihuela, San Miguel y San Rafael, sobre las que se encuentran las del escultor José María Sánchez Lozano (1904-1995), Santa Clara y San Francisco de Sales.
Existe otro coro que se sitúa por encima del primer tramo a los pies de la nave principal.
Estas junto a las del altar mayor son las únicas de este autor que se conservan en Orihuela, ya que el resto fueron destruidas en la guerra civil de 1936.