Estos fragmentos fueron más tarde adquiridos por Gilles Emringer y Francois Escuillié de Gannat, Francia, quienes pretendieron que estuvieran disponibles para la investigación.
[2] El MHNT además adquirió seis fragmentos craneales de Descouens, los cuales son catalogados como MHNT.PAL.2012.6.3–8.
Entre estos fragmentos, los más grandes son esponjosos con piezas de matriz rocosa aún sujeta; los pequeños son más densos, blanquecinos y lustrosos, lo que sugiere una prolongada exposición al aire y la luz solar.
Todos estos especímenes adicionales fueron descritos en 2017 por Dal Sasso, Pasini, Maganuco y Guillaume Fleury.
En el frente del hocico,las aberturas de las narinas óseas, conocidas como apertura nasi ossea, miraban hacia adelante y estaban fusionadas en la mitad.
Suaves depresiones conocidas como las fosas perinariales se extendían hacia abajo desde las narinas hasta el nivel de los dientes.
Los restos del premaxilar tenía una superficie rugosa, cubierta con crestas, bordes y agujeros.
En esta posición, se encontraban con la parte del paladar formada por los huesos palatinos, y rodeaba las aberturas conocidas como las fenestras suborbitales.
[1][2] En 2006, Maganuco y colaboradores identificaron a Razanandrongobe como miembro de los Archosauriformes por sus dientes aserrados y la condición tecodonta de sus dientes (es decir, que se implantaban profundamente en alvéolos dentales).
[1][7] Considerando estas características, Maganuco y colaboradores situaron a Razanandrongobe entre los Archosauria, pero no como parte de ninguno de los linajes basales (que hayan divergido primero) debido a sus dientes heterodontes y su maxilar alto.
Finalmente, aunque los espinosáuridos tenían una cubierta paradental bien desarrollada y dientes gruesos, los espinosáuridos conocidos son todas formas altamente especializadas, con placas palatales que formaban el "cielo" de la boca en un ángulo agudo, alvéolos circulares y los dientes eran de corona alta, sin borde aserrado y no eran heterodontes.
Los nuevos especímenes posibilitaron el identificarlo inequívocamente como un crocodilomorfo y no un terópodo, siendo todas sus similitudes adquiridas por convergencia.
Ellos también señalaron otra diferencia con los espinosáuridos, ya que sus narinas óseas no estaban dirigidas hacia atrás en el hocico.
Su fosa perinarial era una característica común entre los mesoeucrocodilios, y también carecía de una muesca en el maxilar para recibir al alargado diente caniniforme inferior; ambas características probablemente eran plesiomórficas para el grupo Notosuchia.
[2] El análisis filogenético llevado a cabo por Dal Sasso y colaboradores, basado en el de Lucas Fiorelli y colaboradores en 2016,[8] determinó que Razanandrongobe era un miembro de Ziphosuchia, cercanamente relacionado con los Sebecosuchia.
Razanandrongobe precede a todos estos notosuquios por 42 millones de años, llenando parcialmente este linaje fantasma.
Su retención de características plesiomórficas es consistente con su estatus como un notosuquio primitivo; sin embargo, por esta misma razón Dal Sasso y colaboradores señalaron que su cercana relación con los Sebecosuchia — un linaje mucho más reciente, conocido desde el Santoniense en adelante — debe ser tratada como provisional.
También hay una mella más delgada en el borde frontal (mesial) del diente, aplanando a algunos de los dentículos.
En contraste, en los dientes frontales el desgaste se presenta más en la superficie interna (labial).
Ellos infirieron que estas superficies de desgaste se parecían bastante más a las resultantes del contacto entre dientes y la comida que al contacto entre dientes, y el esmalte se descascarilló a medida que el animal mordía huesos u otros objetos duros,[1] basándose en observaciones similares hechas en los tiranosáuridos.
[9] La anatomía craneana también apoya que la dieta de Razanandrongobe incluía tejidos duros como huesos y tendones.
Se infiere que este último rasgo en los tiranosáuridos ayudaba a distribuir la fuerza sobre el borde aserrado y prevenía la expansión de grietas, o posiblemente también a sujetar fibras de carne.
Ellos infirieron que pudo haber competido y ocupado el nicho ecológico de los terópodos en su ecosistema local.
En 2005, se nombró al otro fragmento craneano hallado en el mismo yacimiento que Razanandrongobe como un dinosaurio saurópodo, Archaeodontosaurus.