Otros incluyeron 26 000 mujeres judías de varios países: 18 800 rusas, 8000 francesas y 1000 neerlandesas.
[3] Entre estas últimas, se calcula que pasaron por Ravensbrück entre 150 y 200 exiliadas españolas.
[7][2] Las prisioneras eran infectadas con bacterias o neurotoxinas, tales como Streptococcus, Clostridium perfringens (que ocasiona la gangrena gaseosa) y Clostridium tetani (que provoca el tétanos).
La infección era agravada al introducir virutas de madera y vidrio en las heridas.
La infección era tratada con sulfamida y otros medicamentos en prueba para determinar su efectividad.