Ramon Felip

Tras protagonizar asaltos a diligencias y secuestros de ricos propietarios, el 3 de junio de 1842 Felip cayó por sorpresa sobre Ripoll y saqueó la población.Perseguido por las tropas del capitán general de Cataluña Antonio Van Halen, que dictó bandos sanguinarios amenazando con pena de muerte a las autoridades locales que, teniendo conocimiento de la presencia de la partida en su jurisdicción, no diesen parte a la tropa y a cualquiera que le diese protección, buscó refugio en una masía cercana a Sant Andreu de la Vola donde, gravemente herido, fue apresado y conducido a Vich para ser ejecutado en la madrugada del 2 de julio de 1842.Fracasado el intento por la fría acogida de la población y abandonado por el capuchino y una veintena de sus hombres, Felip cambió sus objetivos, convirtiéndose en adelante en jefe de una partida de bandoleros.[4]​ Según Ortega y Espinós, en su novelada historia de los mozos de escuadra, estrechándole estos el cerco, Felip se vio obligado a dividir sus tropas, colocando al mando de una parte de ellas a Rafael Sala «Planademunt», y fueron los hombres de Sala quienes lo hirieron gravemente abandonándolo luego en la cueva donde días más tarde lo capturaron los mozos, que, siempre correctos, le exhortaron a acordarse de Dios y de la Virgen y no le quisieron dar muerte allí mismo, pese a que él se lo suplicase, para ponerlo en manos de la justicia.[5]​ Un final distinto es el que tiene en el no menos novelesco capítulo dedicado a los trabucaires por Rafael del Castillo, en la serie que dedicó a Los bandidos célebres españoles, donde es el prometido de una doncella a la que violó Felip en vísperas de su matrimonio quien, tras hacerse pasar por bandido con ánimo de venganza y lograr ser admitido en la partida lo hirió gravemente y delató a los mozos.
Ilustración de la obra de Rafael del Castillo , Los bandidos célebres españoles episodios históricos referentes a los más famosos bandidos / reunidos por Álvaro Carrillo e ilustrados con cromos de reputados artistas , Barcelona, Jaime Seix editor, 1892. T. I, Los trabucaires , cap. V: «El feroz Felip. dando con su puñal algunos pinchazos...»