Ramiro Núñez de Guzmán

Ramiro pronto daría muestras de ser modelo de cortesano y rápidamente se granjeó el afecto del rey Felipe IV, con quien compartía gustos artísticos y diversiones cortesanas.En julio de ese mismo año moría María, a causa de un parto prematuro del cual nació una niña muerta, hecho que dejó trastornado al conde-duque.Con el decidido apoyo del rey, Ramiro negoció su enlace matrimonial con Anna Carafa, princesa de Stigliano, quien puso como condición para el casamiento que su futuro marido residiera en Nápoles en calidad de virrey.Olivares mostró abiertamente su oposición a desalojar de dicho cargo a su cuñado sintiéndose ofendido por la insubordinación de un joven al que había sacado de la nada y al que quería mantener a su lado.Será el marqués de Toral el elegido para negociar con el embajador inglés Fanshaw un acuerdo entre España e Inglaterra que incluiría tratar una posible tregua con Portugal además de liberar a su segundo hijo, Anielo de Guzmán y Carafa, que había sido apresado en la Batalla de Ameixial en 1663[1]​.En diciembre de 1664 Fanshaw fue convocado a una conferencia secreta en el Palacio del Buen Retiro para tratar con Ramiro un nuevo tratado hispano-inglés y el ajuste de Felipe IV con Portugal.En estos años, además, Ramiro se había convertido en uno de los mayores representantes de la llamada facción "imperial" o "austríaca", es decir, aquellos que propugnaban una política tendente a un acercamiento al Imperio, en contraposición con la facción "española", encabezada por el conde de Castrillo, que defendía una alianza con los franco-holandeses.El apartamiento del fallecido Felipe IV hizo que se iniciase un período "melancólico" en su carrera política que daría fin en el año 1668 con su muerte.Por otra parte, destaca la falta de interés por la pintura española, contemporánea o anterior.
Anna Carafa, segunda mujer de Ramiro