[1] Los tres hermanos, además de sus vínculos sanguíneos, han presentado en sus trabajos múltiples similitudes.
Emigrantes en su temprana juventud, inician su ininterrumpida actividad profesional en la historieta mediados los años 40/50, alcanzando la notoriedad cuando decidieron hacer por su cuenta y riesgo historietas independientes y consiguiendo sobrevivir de ello, con pequeñas incursiones en la ilustración de portadas o libros.
Sus padres pronto detectaron su afición y le enviaron a un profesor particular de dibujo.
Mientras Víctor aboceta muy poco, incluso ha llegado a realizar la tinta sin bocetos, Ramón lo hacía con gran detalle, hasta tal punto que cualquiera podría entintar sus bocetos por su grado de acabado.
Un cambio radical se produjo cuando decidió trabajar sin imposiciones editoriales o de agencia y haciendo sus propios guiones.
Siempre demostró calidad de colorista, utilizando el cromatismo no como elemento embellecedor, sino como componente sintáctico y expresivo.
En blanco y negro su entintado es un tanto tosco, lo que le resta elegancia y sensación de movimiento, carencias que no posee cuando emplea el color en sus dibujos.