Ramón López Soler

Murió en plena juventud, como muchos románticos, por lo que su obra no pudo desarrollarse plenamente ni con entera originalidad; es más, ha sido mal estudiada, porque con frecuencia usó pseudónimos que la encubrieron.

Con catorce años ya colaboró con Buenaventura Carlos Aribau y otros autores en la publicación del drama La libertad restaurada (1820).

Su primera novela fue un plagio, una adaptación (con pasajes traducidos) del Ivanhoe, de Walter Scott, como declaró el mismo autor en el prólogo y resaltó Ramón Mesonero Romanos al llamarlo Ivanhoe «disfrazado»[1]​.

En ella, López Soler contrapone el Aragón de la época, identificado con la superioridad moral, a una Castilla corrupta y decadente, de forma que queda patente el regionalismo del autor.

López Soler colaboró también en El Vapor (1833-1835) con otros compañeros del grupo.