Beny Fernández (Opel Manta) líder del campeonato, Salvador Servià (Lancia 037) que encontró nuevo patrocinador (Seven-Up) para esta prueba y Carlos Sainz (Renault 5 Maxi Turbo).
[3] En la segunda pasada del tramo Ribeira de Piquín el rally dio un vuelco.
Sainz tomó la salida con problemas en el turbo y se vío obligado a abandonar luego de ceder más de nueve minutos mientras que Beny Fernández sufrió un pinchazo y perdió casi dos.
De esta manera Servià se hizo con el liderato hasta el final e incluso permitió que Zanini segundo clasificado le recortara en los tramos con niebla.
Esta victoria le permitía a Servià mantener vivas sus opciones de cara al título.