Rafael Sanus

Un desgraciado accidente en plena juventud le dejó privado de un brazo, por lo que para ser ordenado sacerdote tuvo que pedir dispensa a Pío XII.

Sanus dimitió tras las desavenencias surgidas con el Arzobispo, Agustín García Gasco, alegando «falta de comunión episcopal», aunque también tuvo que ver su interés por el uso del valenciano en la liturgia, pasando a ser Obispo auxiliar emérito.

Destacado durante la transición política por su expreso apoyo a la línea más progresista de la Conferencia Episcopal encabezada por el cardenal Vicente Enrique y Tarancón.

Sus posiciones de tolerancia y progreso le condenaron al ostracismo a la llegada del cardenal Agustín García-Gasco a la diócesis valenciana, hasta el punto de que se le prohibió dar la confirmación y debió abandonar su residencia habitual durante 24 años en el Colegio del Corpus Christi.

[1]​[2]​ Su presencia y autoridad moral en Valencia, le permitió que el arzobispo Carlos Osoro, sucesor de García-Gasco, con quien mantenía serias diferencias, no obstante le mantuviera a su lado.