Siendo todavía niño se trasladó con su familia a España, viviendo primero en Cádiz y desde que tuvo diez años en Madrid, en cuya Universidad estudió las carreras de Filosofía y Letras y de Derecho, graduándose de abogado en 1860.
El 15 de noviembre de 1857 ingresó como Miembro en el Ateneo de Madrid (con el número 1769, presentado por Enrique Lemming, Fernando Cos-Gayón y Gabino María Armeiza), donde muy pronto se dio a conocer gracias a sus facultades como orador.
En la Revista Hispanoamericana (1864-1867) pronto propuso la autonomía de Cuba.
Su antiesclavismo le granjeó grandes enemistades en Cuba, asegurando Miguel Moya (Oradores políticos) que un periódico integrista cubano abrió suscripción para premiar a quien lograse aniquilarle: «Por sacarle los ojos, 100.
[5] En 1871 fue elegido diputado en Cortes por Infiesto, Asturias, sin pertenecer a ningún partido político.