El racionalismo progresivo es un tipo de racionalismo que considera como válidos los métodos experimentales para intentar alcanzar una verdad superior, mas entiende que, finalmente, esa búsqueda lo aproximará progresivamente a esa verdad pero sin llegar nunca a tener total certeza.
Es progresivo en el sentido de que puede ser refutado y es un sistema de creencias racionalista puesto que estas están construidas, al menos en primer término, mediante certezas (la realidad es aquello, que cuando dejamos de creer en ella, no se desvanece) y no en mera creencias.
No se encasillan fácilmente en ideologías (ni siquiera en progresismo o relativismo moral) y no se incluyen en sistemas tradicionalistas, sociocentristas, egoístas o egocéntricos, tanto de derechas cuanto de izquierda.
Estos y otros valores derivan de la duda como elemento para la búsqueda basada en la razón para mejorar.
Algunas personas conocidas que han inspirado el racionalismo progresivo son Sam Harris, por abogar por la razón, Julian Assange por exponer la corrupción o George Carlin por su crítica social.