[5][6] Tradicionalmente se le han atribuido, además, los frescos de la Capilla de Luis de Lucena, aunque recientemente se ha dado a conocer la existencia de un contrato firmado en Roma en 1548 por su promotor, el doctor Luis de Lucena, y los pintores Pietro Morone y Pietro Paolo da Montalbergo, cuya llegada a España ese mismo año está documentada.
En la basílica de San Lorenzo de El Escorial completó en torno a 1585 la decoración del coro bajo que había dejado inacabada Luca Cambiaso.
En cuatro lienzos al óleo fingiendo frescos sobre la sillería representó escenas de la vida de san Lorenzo y de san Jerónimo: San Sixto papa, camino del martirio, San Lorenzo presentando al tirano a los pobres, diciéndole que aquellos son los tesoros de la iglesia, San Jerónimo escribiendo y el ángel y San Jerónimo enseñando a los monjes la sagrada escritura, donde en la lejanía se representa su entierro.
[9] Los citados lienzos conquenses de San Pedro y San Pablo guardan por otro lado estrecha relación con otros dos cuadros de igual asunto y pequeño formato conservados en el Museo Provincial de Guadalajara junto con otras dos parejas de santos: San Juan Bautista y san Juan Evangelista y Santiago y san Andrés, que también le deben ser atribuidos, procedentes del monasterio jerónimo de San Bartolomé de Lupiana.
[10] Hombre de no mucha invención, según lo definió el padre Sigüenza que lo trató en El Escorial, llegó en estos cuadros a copiar literalmente composiciones de Navarrete el Mudo.