Su segundo hijo, Luca, nació en el exilio en Moneglia, a donde la familia había huido amenazada por la invasión del condestable Carlos de Borbón.
En torno a 1550 pintó varios frescos en un salón del palacio de Grillo, en Génova, en los cuales se representa un medallón central con varios dioses y, alrededor, triángulos con figuras alegóricas.
[6] Entabló amistad con Giovanni Battista Castello, conocido como el Bergamasco, y ambos colaboraron artísticamente durante más de una década.
En 1560 ambos terminaron la decoración del palacio Gio Vincenzo Imperiale de Génova.
Este retablo sobrevivió a la desaparecición de la iglesia y se encuentra en la actualidad en la colección Bagnasco, en Como.
[6] Realizó los frescos del palacio de Franco Lercari, en la via Garibaldi, que fue construido 1567 en adelante.
A través de ellos, Felipe II tuvo conocimiento del artista Luca Cambiaso.
[13] En 1574 el monarca compró para el monasterio una obra titulada Jesús atado a la columna, realizada por Luca, que era similar a otra del mismo autor que se encuentra en el palacio Blanco de Génova.
[14] En 1581 Luca realizó el lienzo Martirio de San Lorenzo para el altar mayor del monasterio.
Como Luca no conocía el tamaño del templo escurialense, las figuras resultaron demasiado pequeñas.
[12] Permaneció en el retablo hasta que entre 1586 y 1588 fue reemplazado por otro cuadro de Federico Zuccaro.
Este cuadro, a su vez, fue sustituido por un tercero realizado por Pellegrino Tibaldi.
[16] En 1584 pintó para este mismo templo La predicación de Juan el Bautista.
[17] Tras realizar estos dos óleos se dedicó a pintar frescos para decorar los muros de la basílica.
[13] Realizó seis lienzos sobre la batalla de Lepanto (que había tenido lugar en 1571).