Rémi Fraisse

[4]​ La presa de Sivens es ampliamente contestada por grupos ecologistas y antidesarrollistas.

Una vez allí, indignado por la violencia policial ejercida sobre los manifestantes, reacciona de forma espontánea y corre hacia el foco del tumulto, donde le pierden de vista.

[12]​ Rennes, en menor medida, también es escenario de barricadas y contenedores quemados.

[18]​ El sábado 1 de noviembre de 2014, los disturbios se repiten en Nantes, con extrema violencia,[19]​ y se extienden a Toulouse y, en menor medida, a Dijon.

[24]​ Por otra parte, las escenas de disturbios reaparecen en Lyon, con 18 detenidos.

[29]​ En París hay algún enfrentamiento y se vuelven a lanzar gases lacrimógenos.

[30]​ Otras manifestaciones, tanto prohibidas como autorizadas, transcurren sin altercados en varias ciudades de Francia.

[35]​ Además, el diario Le Monde publica la transcripción de las conversaciones que mantuvieron los gendarmes en el momento de abatir al joven botanista,[36]​ hecho del que informa la mayoría de medios nacionales debido a su gran trascendencia; éstas demostrarían que los gendarmes vieron en tiempo real cómo el cuerpo del joven quedaba tendido en el suelo a través de dispositivos de visión nocturna, ante lo cual cesaron de inmediato el lanzamiento de granadas aturdidoras; en cambio, el comunicado oficial daba a entender que el cuerpo fue descubierto por azar durante una patrulla, y sembraba dudas acerca del vínculo entre la muerte del joven y los enfrentamientos.

Por una parte, la fachada del consulado francés en Ginebra es cubierta de sangre falsa y en ella aparece la inscripción por Rémi.

[46]​ Por otra parte, Anonymous filtra la escala de salarios, los horarios, los relevos y el reglamento interno del cuerpo antidisturbios francés, así como un manual que detalla el equipamiento de las lecheras.

[47]​ El miércoles 26 de noviembre, la Comisión Europea acentúa la presión contra el estado francés[48]​ al abrir diligencias contra éste por incumplimiento de la legislación europea.

[52]​ La crisis política y social generada tras la muerte de Rémi Fraisse se ha diluido para potenciar las bases y afianzar la identidad de un movimiento social más amplio al que pertenece el conflicto de Sivens: el movimiento zadista.