Era una caja transportada por dos sirvientes o esclavos que sostenían su peso con las manos, no sobre el hombro.
Posee una única fila de asientos que puede albergar dos o tres pasajeros, en postura reclinada.
El inconveniente del quitrín era su longitud que lo hacía difícil de girar en calles estrechas y sinuosas, motivo por el cual fue reemplazado paulatinamente por otros carruajes de cuatro ruedas para uso en ciudad.
Los quitrines usados en zonas rurales tenían con frecuencia guardabarros y estribos de cuero o sobre resortes, de manera que no hicieran resistencia al engancharse en la abundante vegetación cubana.
Solían tener dos faroles montados a la altura del guardabarros o en el salpicadero.
La volanta, por su parte, se convirtió en un vehículo más práctico y menos lujoso, empleado como coche de alquiler.