Como raza registrada, el caballo criollo es la raza característica del Cono Sur y cada año son más quienes lo crían, lo utilizan para las duras tareas del campo, o lo disfrutan en sus momentos de ocio.En la prehistoria, durante el pleistoceno existían caballos autóctonos en casi toda América, el tterritorio que corresponde a la región pampeana fue particularmente rico en estos "paleocaballos" (principalmente hipiddiones).Su introducción se produjo a la par que la apertura de calzadas y postas.A la llegada de los españoles, no existía en América un animal que pudiese cargar más que el ser humano, a excepción de la llama, cuya distribución estaba muy localizada en el Perú.Los pueblos aborígenes, increíblemente adaptables al "monstruo invasor", aprendieron primero a alimentarse de su carne, y después lograron una relación simbiótica con el caballo, a tal extremo que en el presente se sigue ampliando el estudio de la "doma india".La recuperación del caballo criollo, con una selección científica, la lideró Emilio Solanet.