La querella recibió el apoyo de Amnistía Internacional,[7] que en el informe de 2012 Casos cerrados, heridas abiertas[8] denuncian que no se ha llevado a cabo una investigación judicial exhaustiva en España para descubrir la verdad sobre las circunstancias que rodean los abusos cometidos durante la dictadura franquista.
[9] En apoyo de la denuncia, también se creó la red ciudadana Coordinadora estatal de apoyo a la Querella Argentina contra crímenes del franquismo (CEAQUA), que reúne a numerosas organizaciones y consejos.
[12] Según la jueza, se trata de "crímenes contra la humanidad y, por lo tanto, este crimen no prescribe".
[15] El gobierno español respondió cuestionando la competencia del Comité en este asunto y recordando que la Ley de Amnistía era una demanda de toda oposición al franquismo que contribuyó a la transición a la democracia.
[22] Estos tribunales territoriales posteriormente presentaron la mayoría de los casos sin realizar ninguna investigación.
[10] El 21 de marzo de 2013, se presentaron los primeros cargos y se emitieron órdenes de arresto internacional contra Rodolfo Martín Villa, José Utrera Molina, Fernando Suárez González, Rafael Gómez-Chaparro Aguado (magistrado-juez), Jesús Cejas Mohedano, Juan Antonio González Pacheco (alias Billy el Niño), José Ignacio Giralte González, Celso Galván Abascal y Jesús Muñecas Aguilar.
[10] En mayo, más de 40 parlamentarios y senadores españoles firmaron un documento para respaldar la denuncia.
En noviembre de 2013, trece denunciantes prestaron declaración en Argentina durante una semana.
[10][25][26] Entre el 18 y el 30 de mayo de 2014, la jueza Maria Servini y el fiscal Ramiro González viajaron a España con sus secretarios judiciales e hicieron varias declaraciones.
[35] En mayo de 2012, la sección española de Amnistía Internacional presentó un informe[36] en el que analizaba la respuesta dada por la justicia española a los crímenes cometidos durante la Guerra Civil y el régimen de Franco y denunciaba que no se había llevado a cabo una investigación judicial exhaustiva por conocer los abusos cometidos durante el período dictatorial de 1936 a 1975.
Parte del informe se centra en la denuncia presentada por las víctimas y organizaciones de España y Argentina a este último país, basándose en el principio de jurisdicción universal.
Además, los expertos de la ONU han enfatizado que los argumentos del Gabinete no tienen fundamento y contradicen las "normas y estándares internacionales de derechos humanos".