Efectivamente, Chile cuenta dos premio Nobel de literatura, los poetas Gabriela Mistral y Pablo Neruda, así como de numerosos escritores talentosos donde algunos se han beneficiado de un reconocimiento internacional: Vicente Huidobro, Francisco Coloane, José Donoso, Luis Sepúlveda, Antonio Skármeta, Isabel Allende, etc.
Era, pues, una realidad que podía amenazar un régimen dictatorial como el de Pinochet.
[3] Como consecuencia del golpe, los militares emprenden caminos para detectar a potenciales opositores a la dictadura: mientras que algunos están presos, otros son ejecutados en el Estadio Nacional de Chile, sobre todo.
Por otra parte, durante estos hechos, los militares recuperan y queman numerosos libros: no solo de literatura marxista, sino igualmente de la literatura sociológica general, los periódicos y las revistas.
Por otra parte, esta biblioteca secreta comprendía numerosas cajas llenas de libros no abiertas, y el periodista estima que es de todos era casi imposible que tuviese todo leído.