[4] Es además la autora de la obra de no-ficción Los fantasmas se cabrearon (2017), que relata los abusos policiales y el nacimiento del activismo LGBT en Ecuador a finales del siglo XX.
[7] La idea del seudónimo la tuvo Alexis Ponce, fundador de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos del Ecuador (APDH), quien se lo sugirió a Pelayo al unir los nombres de los cantantes Alberto Cortez y Facundo Cabral, quienes en ese entonces iban a realizar conciertos en el país.
La asociación eligió a Pelayo como su presidenta y fue reconocida legalmente en 1997,[1] lo que la convirtió en la primera organización transgénero en la historia de Ecuador.
Coccinelle tomó protagonismo en esta campaña y sus integrantes empezaron a concentrarse cada miércoles en la Plaza de la Independencia para reclamar por sus derechos.
[3] En 2019, Pelayo y las otras sobrevivientes de Coccinelle se unieron para formar la agrupación Nueva Coccinnelle,[15] desde la que presentaron una demanda al Estado ecuatoriano por crímenes de lesa humanidad el 17 de mayo del mismo año, en el marco del Día Internacional contra la Homofobia y Transfobia.
[16] Sin embargo, hasta marzo de 2022 la denuncia no había progresado.