Se trata de la única puerta abierta en el lado occidental de la Ciudad Vieja y es también el lugar donde se unen los caminos a Jaffa y Hebrón, lo que le da el nombre tanto en árabe como en hebreo.
destruida para ser reconstruida sucesivamente por los cristianos, musulmanes, mamelucos y otomanos, todos ellos conquistadores de Jerusalén.
Durante el mandato británico se instaló un puesto elevado para un guardia de tráfico, donde estaba la apertura que crearon otomanos para el paso del emperador Guillermo II.
Ese punto se eligió como referencia para medir la distancia a otras localidades desde Jerusalén.
20.000 francos y tardó 5 años dada la dificultad para recaudar fondos entre los pobres habitantes del barrio.
Tenía una altura de 13 pies (4 m) con cuatro relojes, uno en cada dirección del viento.