Su construcción concluyó en el año 1930, tras dos años de obras.
[1] Ya durante el siglo XVII, las frecuentes riadas sufridas por la ciudad se llevaron por delante varios puentes precarios que habían sido construidos para comunicar las zonas de la Trinidad y el Perchel con Puerta Nueva y el centro histórico.
[1] Se fue haciendo necesaria la construcción de un puente sólido y estable, pero los diferentes gobernantes desde Madrid no tomaron consciencia de su urgente necesidad hasta la riada de 1907, en la que los daños materiales y humanos fueron catastróficos.
[1] Merece la pena hacer mención a las pruebas de resistencia, que fueron realizadas con sacos de arena, y la prueba en movimiento, con filas de camiones, tanques y apisonadoras.
El resultado fue satisfactorio y el puente se abrió al uso civil.