[1] Se sabe que en 1194 la ciudad tuvo ya un puente de madera.
Es de suponer que cuando se construyó, la corriente tenía otra dirección, probablemente por el meandro que forma el río en las inmediaciones.
Es en cierta forma similar en su disposición arquitectónica al puente de Zamora.
A comienzos del siglo XXI no tiene uso.
El puente, que consta de veintidós arcos apuntados, fue edificado en piedra arenisca, en lugar de la caliza típica del páramo toresano, que es blanca y trabaja bien con el agua.