Une los barrios de San Lázaro y Río Jerte y junto a su extremo occidental se ubica la ermita de San Lázaro.
También podían usar este acceso quienes entraban a la ciudad desde Galisteo y Coria, como demuestra su cercanía a la puerta de Coria; sin embargo, quienes seguían esta ruta podían fácilmente optar por un camino alternativo que les llevaba al puente de Trujillo.
Hoy dichos arcos u ojos son siete, de los cuales el central es el mayor.
Los seis pilares que separan los arcos cuentan con tajamares de planta triangular mirando río arriba; la parte superior de estos tajamares, unido a algunos huecos más redondeados en su lado contrario, servía históricamente para apartarse cuando se encontraban dos carros.
[10][11][12] Sin embargo, debe tenerse en cuenta que Río Jerte es un barrio habitualmente muy transitado, cercano a la muralla y con diversos establecimientos comerciales abiertos, por lo que se puede visitar el puente sin riesgo si se accede de día y con las debidas precauciones.