Puente Valentré

Tenía una función de fortaleza, destinada a defender la ciudad contra los ataques provenientes del sur.

Dos barbacanas protegían su acceso, pero la del lado de la ciudad ha desaparecido.

Esto supuso una importante modificación qui iba a repercutir en toda la ciudad.

Para salvar su alma, ya que pretende no terminar sus días en el infierno, el maestro de obras le pide al diablo que vaya con una criba o cedazo a por agua a la fuente de los Cartujos (que se encuentra al otro lado del río, en la parte exterior de la ciudad) para calmar la sed de sus obreros.

Dispuesto a vengarse, el diablo regresa cada noche para quitar la última piedra de la torre central, hoy llamada Torre del Diablo, y cada día los albañiles la tienen que volver a colocar.

El diablo y la piedra.
Puente Valentré, vista superior