Proyecto de reforma constitucional en Venezuela de 2017

El proyecto estuvo planteado como la segunda modificación a la constitución actual de 1999 desde la enmienda de 2009,[1]​ sin embargo, no se concretó; la Asamblea Nacional Constituyente alargó sus funciones hasta 2020, cuando fue disuelta sin proponer cambios constitucionales.

[2]​ La crisis institucional de Venezuela, iniciada el 2017 y zanjada en 2023,[6]​[7]​[8]​ son los hechos que la Asamblea Nacional venezolana[9]​ y la Fiscalía General para entonces[10]​ consideran una "ruptura del hilo constitucional"[11]​ en ese país, a raíz de que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) dictó la sentencia 156 mediante la cual se atribuye a sí mismo las funciones de la Asamblea Nacional (AN) y se extienden los poderes del presidente de la República, Nicolás Maduro,[cita requerida] según la Sala Constitucional «hasta que persista la situación de desacato» del parlamento.

[12]​[13]​ La Fiscal General Luisa Ortega Díaz, representante del Ministerio Público (MP), manifestó su desacuerdo ante las medidas, adoptadas por el alto tribunal tachándolas de "ruptura del orden constitucional",[14]​ lo que fue entendido como un "breve conflicto" entre los poderes públicos tradicionalmente aliados al Poder Ejecutivo Nacional.

[27]​[28]​ Sin embargo, países aliados del gobierno venezolano reconocieron los resultados, incluyendo a Bolivia, Cuba, Irán, Nicaragua, Rusia y Siria.

[38]​[39]​ Maduro declaró en un discurso televisado que los cambios propuestos servirían para la construcción “de una paz verdadera”.