El expresidente Rafael Caldera, líder de Convergencia, rechazó la propuesta, convocando a la abstención, debido a que, según él, las Fuerzas Armadas estaban siendo fuertemente politizadas y las propuestas «no son para mejorar las instituciones democráticas sino para desmejorarlas».
Así, aunque los representantes del oficialismo ganaron el 65,8%[7] del voto, gracias al sistema de representación mayoritario llamado "Kino", escogido por el gobierno para determinar la distribución de los escaños, sus partidarios obtuvieron 125 asientos (95% del total), incluyendo todos pertenecientes a los grupos tribales indígenas, dejando a la oposición 6 asientos.
El 12 de agosto, la nueva asamblea constitucional votó para darse el poder para abolir las instituciones gubernamentales y despedir a oficiales que fueron percibidos como ser corruptos o sólo operar en sus propios intereses.
El proyecto es entregado a la Asamblea Nacional para ser aprobada y consultada al país.
[12] La nueva constitución aumentó el período presidencial de cinco a seis años, permitir a las personas revocar servidores públicos mediante referéndum, y agregó un nuevo límite de dos-términos presidenciales.