Dalecarlia solía estar bajo el encargado del castillo de Västerås, y a menudo tenía su propio alguacil.En la mitad norte del paisaje faltaba esta conexión, y la gente vivía principalmente como pequeños agricultores.La silvicultura y la metalurgia han seguido desempeñando un papel importante en el paisaje hasta los tiempos modernos.Además, las industrias de servicios han crecido en importancia, al igual que el turismo.La provincia destaca por haber sido el último lugar donde se usó el alfabeto rúnico, para escribir el idioma local el dalecarliano o elfdaliano, para lo cual usaban una forma propia de runas denominadas runas dalecarlianas, costumbre que sobrevivió hasta el siglo XIX.
Estatua gigante del caballo típico en el centro de
Avesta
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