[1][2] El diagnóstico se basa en la presentación clínica, la HCG cuantitativa, la ecografía y la evaluación anatomopatológica.
El diagnóstico diferencial en casos sospechosos incluye atonía uterina, coágulo de sangre, enfermedad trofoblástica gestacional y apariencia posparto normal del útero.
Existe una superposición significativa entre la apariencia de un útero posparto normal y los productos retenidos.
Si no hay masa o líquido en el canal endometrial y el grosor del endometrio es inferior a 10 mm y sin aumento de flujo, los productos retenidos son estadísticamente improbables.
Los productos restantes de la concepción serán expulsados durante el sangrado vaginal posterior.