Las aventuras de Priscilla, reina del desierto

Hacen el viaje en un autobús, al que Adam bautiza como «Priscilla, reina del desierto», pasando por pequeños pueblos muy diferentes a su cosmopolita ciudad.

Durante el viaje se encuentran con actitudes muy diferentes, desde gente que los rechaza, los mira con desprecio, e incluso llegando Adam a sufrir una agresión homofóbica, mientras que otros los aceptan y aplauden su espectáculo e incluso se animan a participar en él.

El viaje sirve para que todos se conozcan mejor y abran su corazón a los demás.

Cuando conoce a su hijo Benjamin, Anthony finge, con poco éxito, ser un rudo heterosexual por temor a ser rechazado por el niño, pero sus temores se disipan al darse cuenta de que este sabe por su madre que su padre es bisexual, y que lo acepta de la forma más natural.

Desde su estreno en el año 1994 fue una película de culto y dio origen en Broadway a un musical.

La película explora los estereotipos de gays, travestis y transexuales sin ridiculizarlos ni caricaturizarlos.

Los personajes tampoco son pecadores, antisociales, malvados, perfectos, mártires o lastimeros, solo un grupo de amigos ganándose la vida.

Hay una escena donde los hombres se topan con los aborígenes australianos y organizan una fiesta.

La película presentó una serie de canciones preexistentes "camp classics" (música pop que tiene una base fanática particular en la comunidad LGBT).

Disfraces imitando el vestuario de la película.