La fuerza romana estaba dirigida por dos cónsules, Quinto Fulvio Flaco y Apio Claudio Pulcro.
Estas fuerzas estaban preparadas para atacar Capua, mientras, Tiberio Sempronio Graco reclutaba otro ejército en Lucania.
En ese lugar, los romanos liderados por Marco Claudio Marcelo habían tomado ventaja sobre las fuerzas cartaginesas, diezmadas a consecuencia de la peste.
En el 212 a. C., los cónsules elegidos, Apio Claudio Pulcro y Quinto Fulvio Flaco decidieron sitiar Capua.
Aníbal envío entonces 2000 jinetes númidas bajo el mando de Hannón el Grande y Boaster para reforzar Capua.
Tras tres días de incertidumbre, Aníbal decidió retar a los romanos, que aceptaron la batallas.
Cuando los ejércitos vislumbraron la llegada de jinetes desde el sur decidieron romper filas y regresar a sus campamentos.
Aunque la batalla no produjo ningún resultado decisivo, los cónsules decidieron retirarse por completo de Campania.