Los intérpretes de dichas canciones no ganan el premio a menos que hayan contribuido en la musicalización, escritura o ambas.
En las primeras nominaciones, el único requerimiento era que la canción estuviera presente en una película estrenada en el año en curso.
Esto llevó a que desde el año siguiente se estableciera como regla que la canción hubiera sido compuesta expresa y exclusivamente para la película, sin poder haber sido estrenada con anterioridad salvo en algún disco de banda sonora de la propia película o una publicación similar.
Si solo una lo consiguiera, sería nominada esa y la siguiente canción con mejor media aunque no llegara a la nota de corte.
Esta situación provocó que en 2008 la Academia cambiara las reglas nuevamente y estipulara como máximo dos las canciones nominadas por película en una misma edición.