En el siglo IX se explotaban ya campos petrolíferos en la zona lindante con la actual ciudad de Bakú, en Azerbaiyán, para producir nafta.El petróleo fue destilado por el alquimista persa Muhammad ibn Zakarīya Rāzi (Rhazes) en el siglo IX, produciendo queroseno en alambiques,[2] cuyo principal uso era como combustible de lámparas.[3] Alquimistas persas y árabes también destilaron petróleo crudo para producir materiales inflamables con propósitos militares.Así, desde Al-Ándalus, la destilación llegó a estar disponible en el occidente de Europa hacia el siglo XII.[4] Los primeros pozos petroleros se perforaban mediante percusión, martillando una herramienta sujeta a un cable.