Lámpara de queroseno

Fueron objetos muy útiles en tiempos en que aún no se disponía de energía eléctrica, especialmente en zonas rurales.

[1]​ A finales del siglo XIX, casi todas las formas de iluminación existentes dieron paso a las lámparas eléctricas incandescentes de manera generalizada.

En dicho depósito está sumergido el extremo de una mecha que se empapa con el combustible y el otro extremo sale al exterior a través de una ranura situada en la tapa (generalmente a rosca) que cierra el depósito de combustible por la parte superior del mismo.

[3]​ En este otro tipo, de construcción más moderna, el depósito de combustible se cierra herméticamente, y posee un émbolo con el cual se bombea aire en su interior produciendo elevada presión.

Solían ser de reducido tamaño y bajo rendimiento, poseyendo a veces vidrios coloreados para realzar su efecto.

Modelo portátil de lámpara de queroseno con mecha.
Las lámparas a gas de queroseno poseen un sistema de ignición de alto rendimiento.
Lámparas decorativas amarilla, verde y azul.